Las complicaciones de la hepatitis varían dependiendo del
tipo de hepatitis.
- En la hepatitis A, a diferencia de otros tipos de hepatitis, no se va a producir una cronificación ni a causar daño hepático a largo plazo. Aun así, en casos excepcionales, puede causar deterioro en la función hepática, especialmente en adultos de edad avanzada o personas con enfermedades hepáticas que ya son crónicas. Hay casos de insuficiencia hepática aguda que pueden precisar un trasplante de hígado, que se da mayormente en pacientes adictos intravenosos.
- La hepatitis B puede traer consigo mayores complicaciones como:
- Cirrosis, afectando al funcionamiento hepático
- Aumento del riesgo de padecer cáncer de hígado.
- Insuficiencia hepática, que lleva asociado la necesidad de un trasplante hepático para la supervivencia del paciente.
- Hepatitis D, que normalmente no se da si no se está afectado anteriormente con el virus de la hepatitis B, y las dos juntas aumentan los riesgos de las complicaciones de esta patología.
- Otras complicaciones con pueden ser enfermedades renales o inflamación de los vasos sanguíneos.
- La hepatitis C cuando afecta al paciente durante muchos años puede traer complicaciones similares a la anterior, como son cirrosis, cáncer hepático o insuficiencia hepática.
- En la hepatitis D además de las complicaciones anteriores, podría ser también necesario un trasplante de hígado en casos de insuficiencia hepática aguda o personas con cirrosis muy avanzada.
- El virus de la hepatitis E, a pesar de presentar una mortalidad baja, es especialmente peligroso para las mujeres embarazadas, ya que en ellas se puede dar un fallo hepático fulminante con tasas altas de mortalidad. En pacientes con otras hepatitis ya crónicas, una infección por este virus puede desencadenar que el hígado se descompense también con graves complicaciones.
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